miércoles, 27 de noviembre de 2019

Palabras que unen.


Siempre se ha dicho que tener un amigo es tener un tesoro, porque sólo podremos valorarlo si conocemos su alma y su espíritu, aunque personalmente no le conozcamos. En esto consiste la confidencialidad y, cuando esto se alcanza tendremos un verdadero concepto de su persona. Muchas veces creemos y pensamos que quizás algún día, o posiblemente más adelante una conversación sincera pueda efectuarse. Mantengamos siempre la ilusión, ya que es posible a través del diálogo, puedan   resolverse cualquier tipo de conflicto. A pesar de todo, esas palabras expresan nuestros sentimientos de forma escueta, a quienes más apreciamos, apaciguando nuestros corazones y evitando al mismo tiempo, esas lamentables interrogaciones que se nos presentan ante aquellas oportunidades perdidas.
Parece inverosímil, que ante unas sencillas palabras pronunciadas con profundo amor, son suficientes para paliar aquellas heridas que durante tanto tiempo estuvieron sin cicatrizar. Solo al conectar con nuestro interior, harán que se produzca el milagro de remediar ese dolor que durante tiempo hizo que no nos dejara vivir. Pasan días, meses e incluso años y diariamente nos sentimos mal; Pero: ¿A qué es debido? Nos parece que estamos padeciendo unos continuos sentimientos de culpas, que golpean nuestra mente, haciendo que nos mostremos tristes, alicaídos, faltos de esperanza, etc. Llega un momento ante el cual nos vemos envuelto en un profundo dolor emocional, el cual no sabemos gestionar, al no tener la ocasión de que alguien nos proporcione aquellas gratuitas palabras, que seguro remediarán ese profundo malestar.
Todos sabemos que la palabra es el medio de comunicación por excelencia, que se caracteriza y distingue a los seres humanos. Siempre la palabra tiene un poder emocional. Cuántas veces hablamos y opinamos porque “hablar es gratis” aunque a veces no le tomemos en cuenta la enorme importancia de las palabras. Por favor: yo te diría; no te calles, no guardes silencio. Existen palabras que abren puertas.
Si tienes un problema y parece que el mundo se desmorona a tu alrededor, y sientes la necesidad imperiosa de hablar con alguien. ¡No espere! Descuelgas el teléfono, marcas su número y después de unos minutos te sentirás mucho mejor. Así es la amistad, una persona a veces a cientos de kilómetros de distancia que escucha lo que te pasa, que te ha dice lo que opina, siempre te reconforta.
 Muchas veces el olvido es una forma de callar a través del silencio cuando deseamos imponerlo, y deseamos arrinconar ciertos acontecimientos, pero no nos quepa duda que siempre dejará una marca o una huella, que permanecerá con nosotros, por mucho que intentemos que desaparezca. El tratamiento de la palabra es muy útil y a veces llega a parámetros insospechados por medio del entendimiento y la reflexión. Las fórmulas de comunicación son en realidad entendimientos totalmente personales utilizados muy a menudo en nuestra vida, llegando a un convencimiento mutuo.
Una de las palabras más sencillas que podemos usar es el nombre de la persona que tenemos al otro lado, A todos nos gusta que mencionen nuestro nombre. Hacernos sentir invisibles, es lo peor que nos puede pasar. Recuerdas que lo contrario al afecto nos es el odio, sino la indiferencia. En definitiva; todas las personas se sienten más respetadas cuando se les habla amablemente y eso les vuelve más receptivas a lo que se les está diciendo.

Meditación: Trata de no esperar un momento ideal para hacer algo especial.


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