viernes, 25 de octubre de 2019

No pierdas la ilusión.


¿Quién no ha estado ilusionado en su vida en alguna ocasión? Siempre en algunos momentos se nos ha presentado ese estado de motivación, por el que a través del cual nos hace sentirnos con sensaciones, pensamientos y actitudes positivas. Sí, es verdad que, para sentirlas, debemos permitirnos “soñar” haciendo necesario deshacernos de excesos de obligaciones y poner en juego el sentido personal del instinto y la fantasía. La ilusión forma parte de la vida y de nuestro comportamiento, incluyendo conductas y actitudes.
            Sé que la vida es tremendamente despiadada y nos hace perder la ilusión a cuantos actos nos propongamos, pero todo es consecuencia de la falta de motivación que nos da como resultado la no consecución de nuestros objetivos. Este hecho puede asociarse con los auténticos problemas personales de ansiedad y de tristeza. Pensemos siempre que cada etapa de la vida viene marcada tanto por una ilusión, como por un reto a superar. Solo se trata de una polaridad en la que todos estamos inmersos, y para poder vencerla es necesario cubrir las necesidades que esos momentos se nos plantea.
            Es muy frecuente decir: “yo he perdido toda ilusión en esta vida” Proponte no llegar a esta situación, dependiendo siempre de tu motivación personal y de las ofertas que se te presenten. La falta de ilusión es causa de ausencia de motivación y sobre todo de la consecución de alcanzar nuestros objetivos. Todo junto, puede asociarse con nuestros problemas emocionales como anteriormente decía a través de la ansiedad y la tristeza. El problema es que algunas ilusiones no son tan genuinas como aparentan ser, sino que vienen inducidas por lo que se esperan de ellas.
            Consideremos siempre que el ser humano por naturaleza no puede vivir sin ilusión porque entonces nuestra existencia se transformaría en un cúmulo de obligaciones sin sentido, de esfuerzos malgastados, de insatisfacciones, que terminarían agotándonos. Por eso, perder la ilusión es como estar desestabilizado, perdiendo la fuerza que nos hace vivir con seguridad. En general las ilusiones en todo momento de nuestra vida, deben construir el eje que nos pueda dar sentido a nuestra existencia.
            Una de la manera más frecuente de perder la ilusión es, prácticamente, llenar nuestro día a día de obligaciones, a veces innecesarias, anteponiendo todo a aquello que nos “obligamos” a realizar. Cuanto más rígidos seamos respecto a cómo tenemos que hacer las cosas, más prisioneros seremos de nuestros actos. A veces deberíamos cerrar los ojos y “ver” las cosas con otro sentido, para poder recuperar esa ilusión y poder llevar a cambio esos momentos que añoramos en la vida, llegando a conseguir nuevos hábitos para conseguirlos.
            Generalmente siempre pensamos que cada persona quiere la máxima ilusión y para ello su destino es gozar de una vida cómoda, sencilla y segura, mientras que otras necesitan ilusionarse constantemente con cosas nuevas y diferentes para sentirse satisfechas. Cada persona tiene una forma de vida y ninguna es mejor que otra. Por eso recuperar la ilusión debe convertirse en una obligación, porque si no nos lo tomamos así, seguiremos sumidos en eso de “debería haber hecho”.

Meditación: No rechaces tus sueños. ¿Sin la ilusión el mundo qué sería?

No hay comentarios:

Publicar un comentario