Verás: es algo que
nos ocurre a menudo, y no encontramos la razón. Según las teorías: la tristeza
es una de las emociones que acompaña al ser humano durante periodos de nuestra
vida. ¡Cuántas veces la tristeza nos embarga sin saber, cómo ni cuándo! Son
días de profunda apatía y desánimo que nos afecta de tal modo, complicando
nuestro desarrollo diario. Todo ello, nos desespera y nos hace que caigamos en
una profunda tristeza de la que es difícil salir, diciendo: “hoy estoy triste y no sé por qué”
De esta manera se
entiende que la tristeza va muy de la mano de la forma en que se vive o de
algunos motivos específicos que pasaron por nuestra vida. Sin embargo, este
sentimiento no siempre se presenta igual, puesto que no es lo mismo estar
triste que vivir una depresión. Debemos entender que la tristeza no es una
estación que llega a nuestra vida y, no podemos salir de ella. Aprendamos a
sentirnos de esa manera y combatirla a fin de dominarla para salir de ese
estado.
Lo cierto es que,
ante este estado, nuestro “yo” se
debilita al sentir que nadie de los que nos rodean se percibe del esfuerzo o
las circunstancias por la que estamos pasando. También es posible que nos
afecte a veces el estado amoroso, puesto que las rupturas pueden llevarnos a
sentirnos ante un desprecio inmerecido, pensando que nuestra presencia a nadie
le importa.
En estos casos es
de vital importancia, reflexionar sobre si hay algún motivo que justifique
nuestro estado de ánimo, con el objetivo de identificarlo y darle solución,
siendo natural muy beneficioso, pero sin llegar a convertirlo en una cadena de
pensamientos negativos, con la intención de buscar soluciones, para no
permanecer en ese estado.
Es cierto que
estar triste no es nada agradable. La mayoría de nosotros, cuando estamos
tristes, lo que queremos es dejar a un lado esas ideas negativas y pensar en
algo positivo. Cuantas veces no sabemos por qué estamos tristes y de qué manera
cambiar nuestros sentimientos. La tristeza es una de las emociones más frecuentes
en los seres humanos y se puede desencadenar por miles de motivos. El hecho de
llorar o expresar nuestros sentimientos está mal visto por buena parte de la
sociedad, sin embargo, es lo que muchas veces necesitamos para sentirnos mejor.
Por tanto, deberíamos
estar preparados para cuando nos aborda la tristeza, elaborar una lista de
recuerdos agradables como: aquellos juegos de juventud, aquellas melodías que
nos hacía soñar o incluso aquella bonita amistad que nos proporcionaba una
tremenda ilusión, etc. Cualquier cosa que nos permita sentir la calidez de una
emoción positiva, generando al mismo tiempo un sentimiento en nuestro corazón.
Mis estimados amigos: intentemos revivir de nuevo aquellos recuerdos felices.
Todo bastará para paliar nuestro estado, haciendo huir el “desgarro” de la tristeza.
No todos los días
son iguales; por eso os digo; que cuando nos llega “ese día triste” y nada nos sale bien, nuestro estado de ánimo se
aflige de tal manera que es muy difícil “seguir
adelante”, es entonces, cuando
tenemos que recordar aquellos momentos que nos ilusionaron y nos hicieron
felices, aunque tengamos muchas razones para sentirnos así.
Meditación:
Guarda la tristeza para ti mismo y comparte la felicidad con los demás.
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