jueves, 20 de junio de 2019

Siempre alguien nos lee.


Leer no es suficiente para un perfecto entendimiento; es necesario en primer lugar, “darle espacio” a tu interlocutor, es decir, regalarle tiempo, sin que se sienta abordado por un cúmulo de interrupciones, lo cual hará fácil poder llegar a un mutuo acuerdo. Para conseguir dicho propósito debemos conseguir que nuestras interrogantes sean de carácter inteligente, procurando realizarlas de la forma más eficaz posible a fin de canalizar un perfecto entendimiento, sin parecer que actuamos de forma inquisitiva o acusadora. De esta manera, es fácil promover entusiasmo y sobre todo franqueza.
Resulta sorprenderte cuando algo que parece no tener solución; la tiene cuando hay alguien que nos entiende. Y así, todas las cosas que parecen irremediables se convierten en un río que discurre prácticamente sin trabas por el solo hecho de que alguien se digne interpretar mis palabras. Siempre andamos buscando a esa persona que nos enseñe un nuevo sueño puesto que la vida no decae en mostrarnos tantos desastres. Es decir: alguien que nos haga ver una realidad distinta, un sueño seguro, cálido, duradero, de los de toda la vida. Si, son sueños de esperanza, en el que, al recostarte, puedas pensar que todos podemos ser felices.
Es fundamental no perder el tiempo discutiendo. Realmente; ¿nos aporta algo demostrando que siempre tenemos razón? Invertir el tiempo en discusiones inútiles es una pérdida de tiempo. Lo mejor que podemos hacer ante esas situaciones es escuchar y tratar de entenderse. Puede que sigamos teniendo diferentes puntos de vista, pero al menos mantendremos al respecto una posible cooperación y, sobre todo, no estaremos perdiendo el tiempo. En mis horas tempranas del día: “pienso cosas, digo cosas, escribo cosas…” ¿Por qué? Porque la escritura es poderosa. Aquello que escribimos se queda ahí, para siempre. Cualquier pensamiento escrito supera la barrera del tiempo y perdura, dejando constancia de que alguien, en algún momento, simplemente lo lea, y me entienda. ¡En verdad, es algo maravilloso!
Reconozco que una de las necesidades más importante del ser humano respecto a nuestra necesidad de comunicación, es saber entenderse. Esto no sólo es leer a otra persona, es mucho más. Por un lado, se necesita que haya una empatía entre el emisor y receptor, un conocimiento previo entre ambos, o que el tema de la conversación sea de interés para los dos. En caso contrario, es mucho más complicado que se quiera entender lo que se dice. Una vez que se establece esa relación, lo que se expresa, es de suma importancia reconocerlo. Escuchar a un amigo, es aquel que puede ayudarte a entender aquello que quizás no veas; piensas que no te juzga, solo se preocupa por tu bien, no permitiendo que andes solo en la debilidad, sin aprovecharse de ti, intuyendo tus sentimientos, tus deseos, tus necesidades, tus dudas, etc. en definitiva, procurar remediarlos.

Meditación: El autor sólo escribe la mitad de lo que expone. La otra mitad debes ocuparte tú.


No hay comentarios:

Publicar un comentario