viernes, 31 de julio de 2015

Cambia tu forma de ser.

           Cuántas veces nos hemos dicho: ¡caramba, yo no desearía ser así! Pero siempre vuelvo a comportarme de la misma forma y manera. A pesar de meditar y decirme interiormente a mí mismo: entonces, ¿Por qué actúo así?  Posiblemente no sea tan sencillo, y tengamos que buscar en nuestro interior, debido a que la raíz de ese comportamiento tiene esas características.
            La reflexión sobre dicha cuestión tan problemática e inquietante, se debe a que no sabemos mantener el control de un estado de calma interior, ya sea solo o en compañía. Quizás lo consiga junto a una persona madura y equilibrada, con el fin de detener las causas que te impida  ese desequilibrio y pueda contribuir  ese problema negativo, que te hace ver siempre las cosas de formas equivocadas.
           ¡Todos podemos cambiar!, sólo hay que desearlo, proponérselo y luchar por ello. Seguramente no es instantáneo, lleva un proceso más bien largo y fastidioso, pero merece la pena. La pregunta consiste en: ¿podremos conseguirlo? O ¿por dónde empezar? Todo consiste en ir orientándonos y proporcionarnos una visión más optimista y positiva de lo que nos sucede.
            Es justo reconocer que estamos ante una tarea complicada; pero posible. Ante esto debemos tener en cuenta que muchos de nuestros comportamientos habituales y manera de reaccionar lo son debido a que venimos repitiendo durante mucho tiempo esa manera de reaccionar, frente a diversas situaciones. Pues bien, aunque sean reacciones y comportamientos muy arraigados y automatizados, igual que los hemos aprendido y repetido hasta hacerlos nuestros, podemos hacer cosas para modificarlos y aprender a reaccionar y actuar de otra manera alternativa.
           Si las circunstancias ante la cual nos encontramos tanto nos perjudica, pensemos que debemos capacitar para realizar un cambio sustancial en nuestra vida, empezando por sustituir aquellos pensamientos, sentimientos y actitudes desagradables por una atención personal que haga que poco a poco nos vaya transformando.
           Para ello es necesario comprender que lo primero que hace falta es ponerse de acuerdo en qué nuestra personalidad, es posible alterarla. En efecto nuestra forma de ser vine junto a nuestra personalidad y determinada en parte por la herencia, pero también es verdad que, fundamentalmente, podemos irla mejorando a través del tiempo.
           De esta forma podremos ir convirtiendo las vibraciones destructivas del pesimismo y la melancolía en vibraciones más sutiles y gratificantes, como las del optimismo, la esperanza y la alegría. Al final lo que logramos es una relación cordial, en que nos sintamos cómodos, satisfecho y sobre todo hacer que desaparezca el rencor.
            Transformando todas estas alternativas, nos permite hacer desaparecer todo lo negativo que guardamos para que, de manera gradual, vayamos conectando con nuestro sentido común y junto con nuestra racionalidad consigamos “sanearnos”. En vista de lo anteriormente expuesto, podemos considerar que cualquiera puede cambiar su forma de ser, empezando por modificar sus comportamientos, practicando lo anteriormente dicho, llegando de esa manera a ser más sociable a base de practicar la comunicación y la sociabilidad. De esa manera iremos modificando nuestra forma de ser ante los demás, con el fin de conseguir lo que en cierta manera deseamos.

 Meditación: Si quieres y crees en algo, puedes hacer que suceda.

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