Sería un verdadero error acreditar que no
hemos sentido miedo en alguna ocasión. El miedo es un problema personal
que se nos presenta a cada uno de forma distinta y persistente al que muchos debemos
enfrentarnos cada día. Sea cual sea su “forma” ese origen, se acredita en
nuestra mente. Comprendo que superarlo no es nada fácil, pero existen
formas para superarlo, todo consiste en poner en práctica nuestro cerebro para
actuar de freno antes de que aparezca el pánico y la ansiedad.
En
realidad, en como un sentimiento de emoción que se nos presenta cuando percibimos
un peligro, el cual viene acompañado de sensaciones desagradable. A decir
verdad, desde el momento en que nacemos hasta el día en que morimos, los miedos
siempre están presentes en nuestra vida. Es como decía anteriormente una
emoción de forma interna, que nace del rechazo al riesgo que presentimos, que a
veces supone un peligro para nuestra integridad física y mental.
Muchas
veces estas sensaciones nos aparecen tanto si el peligro es real como si no, es
decir, aparece como una fuerte angustia normalmente desagradable en la cual,
nuestra reacción de inmediato es evitarla. Por otra parte, si dicha sensación
de miedo que sentimos está justificada con un peligro real, es cuando debemos
hablar de miedo de carácter neurótico. Si se nos presenta de esa manera, no
cabe duda de que ese tipo de miedo constituye un peligro de resistencia
personal, el cual es difícil superar, puesto que ese miedo se irá haciendo
más y más grande hasta apoderarse de nuestra voluntad.
Para
afrontar los miedos es necesario comprender que el miedo es nuestro aliado, y
de una manera o de otra, siempre lo llevaremos como aliado, al mismo
tiempo que nos servirá para ponernos alerta en cualquier situación que nos
encontremos. Cuando por el contrario, nuestra mente la entregamos a ese temor
presente, el miedo se acrecienta en nuestro interior y nos impide conectar con
el presente, dejando nuestra mente sin recurso para poderlo superar.
Para ello es necesario comprender que a pesar de lo que nos digan; todo el
mundo tiene miedo, sea de la forma que sea, incluso aquellos que parecen que
hacen determinados actos de carácter temerarios, y aparente sin esfuerzo
alguno.
La
manera más adecuada para superar ese miedo que a veces nos aterra, es enfrentarse
a él. No debemos perder la oportunidad de entregarnos a esos temores, ya
que de esa forma el miedo se nos apoderará de nosotros y no conseguiremos salir
adelante. Cuando nos paraliza el miedo, sencillamente es que cargamos con
pensamientos reconcentrados siempre debido a una emoción que en algún momento
nos hizo sufrir. Tengamos en cuenta que un pensamiento crea una emoción, y si
esa emoción fue de carácter negativa, seguro que nuestra mente se llenará de
temor.
Para liberarse de
los miedos, angustias, fobias o inseguridades no debemos ocultarlos
ni rechazarlos, engañándonos a nosotros mismos. Es necesario que los
afrontemos desde una actitud positiva y firme. Una vez dado este importante
paso, nos daremos cuenta de que nuestra fuerza interior y nuestra seguridad en
nosotros mismos va creciendo. Este logro potenciará nuestra autoestima y nos
ayudará a superarlos.
Meditación:
No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo domine tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario