La pregunta es muy
sencilla. ¿Por qué no dedicamos un poco de nuestro tiempo a meditar? Es tal
fácil. Cuando nuestra mente está tranquila, todo está en calma. Pero basta que
nos encontremos en estado de inquietud, para que aparezcan nuestros
sufrimientos, momentos de desesperanza, desesperaciones, etc. No todos vemos
las cosas de la misma manera, cada persona percibe “sus momentos”, de acuerdo a
su condición mental. A pesar de todo, es muy frecuente escuchar esa decisión de
decir; “lo mejor es hacer las cosas sin pensar” ¡Nada más erróneo! Nuestra
mente se convierte en un instrumento útil, ¿por qué no utilizarla? Y en
determinadas ocasiones, es posible que evitemos decir: “si lo hubiera pensado
antes” o “si no me hubiera decidido de forma tan precipitada”. Solo por unos
momentos de meditación, análisis, reflexión, o como quiera que le llamemos,
hubiéramos evitados situaciones realmente comprometidas.
La meditación
puede hacernos cambiar nuestra manera de pensar y de actuar, es algo que sólo
sirve para poner orden y tranquilidad en nuestro interior, evitando que nos
creemos falsos problemas. Cuando estamos en estado de meditación, nos
convertimos en espectadores de nosotros mismos; no debemos analizar el
“problema” lo importante es sopesar nuestra capacidad de posibilidades para
poder solucionar el “dilema" que se nos presenta, simplemente manteniéndonos
de forma serena y aplicando siempre nuestra capacidad de un juicio
personal.
Si nos
acostumbramos a meditar, empezamos a experimentar todo tipo de sentimientos y
sensaciones que a la larga nos servirán de guía para todo acto a realizar. Son
muchas las personas que relacionan la meditación con aspectos religiosos, con
gurús o prácticas sectarias. Por meditación debemos atenernos sólo a una
práctica intelectual a través de la cual se potencia nuestra atención a
determinados problemas y a tomar conciencia de en un momento o situación que se
nos presente.
Ni que decir tiene
que el ritmo de vida de nuestra sociedad actual, ya de por sí nos causa
infinidad de problemas. Si no intentamos meditar, reflexionar, o como quiera
que le llamemos, siempre estaremos llenos de tensiones las cuales nos afectarán
a nuestra vida cotidiana. La meditación consciente nos ayudará a liberarnos de
esas tensiones y a ver los problemas de otra forma.
La meditación no
solo es buena por el hecho de “encontrarnos consigo mismo”, además es una
experiencia que nos ayuda a equilibrar nuestros pensamientos tras una jornada
de trabajo y a reencontrarnos interiormente con nuestra conciencia. Así de
sencillo y simple es un estado de meditación.
La meditación es
como una “herramienta mal entendida”. Desgraciadamente nos tomamos muy poco
tiempo para pensar, y siempre he aconsejado que pensar es muy útil y además
gratis. Reconozco que en esta acelerada y agobiada vida, muchos me dirán: “eso de meditar no está hecho para mi” Eso
sí, el móvil que no se nos olvide, porque quizás podamos “morir de ansiedad”
Acostumbrémonos a meditar o lo que es lo mismo, educar nuestra mente para la
consecución de nuestros objetivos más valiosos.
Meditación:
La meditación es una actividad que es capaz de realizar cualquier ser humano y
que facilita la reflexión profunda acerca de cosas, personas, ideas y
pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario