martes, 16 de agosto de 2016

Los desafíos de la vida.

          ¿Quién puede contradecirme de que la vida no es un continuo desafío? A cada “paso” se nos presenta un nuevo reto, que sólo nosotros tenemos la obligación de resolverlo, ¿de qué forma? pues no lo sabemos, pero es cierto que sólo tú debes afrontarlo. No te amedrantes, puesto que si te entregas, estarás perdido. Procuras no encerrarte por considerarte  falto de arrojo, puesto que si así fuera, sólo lograrás quedarte detenido por falta de valor.  Evaluemos esas situaciones ante la cual nos encontramos y, pensemos como nos hubiese gustado actuar en realidad, para intentar de aquello que tanto nos preocupa.
           No dejemos de pensar que a lo largo de nuestro deambular por nuestra vida, existen dos clases de desafíos: Los que nos ponemos nosotros mismos, considerados como metas, y los que la vida de por sí nos pone; cómo la pérdida de un ser querido, un accidente inesperado, o la pérdida de una amistad muy especial, etc. De todas formas, la elección de afrontarlos, sólo y exclusivamente depende uno mismo, dependiendo del resultado de como arribarlos.
            Reconozcamos que a veces somos nosotros mismos los que hemos dejado pasar ese problema que siempre lo hemos considerado como hiriente, encontrándonos ahora como lapidado, por no haberlo atacado a su debido tiempo. En verdad, ¡No es fácil! Ante tal situación, todo requiere tiempo, pero la recompensa que obtenemos es digna de tener en cuenta. Ante estos desafíos siempre pensamos en que nos vemos ante una situación terrible, pero casi nunca llegamos a meditar las múltiples cualidades que tenemos a nuestro alcance para llegar solventar ese problema que diariamente nos hace la vida imposible, sólo pensando que somos incapaces de darle una solución.
            ¿No has pensado que haya sido posible que la vida, durante un tiempo, te viniera poniendo ante tus ojos un desafío, el cual sólo tú deberías tener la exclusiva potestad de resolverlo? Quizás no fuera fácil decidirte, pero “había que hacerlo”, puesto que incluía temor, incertidumbre, miedo, etc. Y por qué no decirlo; (aunque no fueras practicante), alguna plegaria se te escaparía ante el Altísimo, para que todo se realizara con éxito. Y así fue, llega el momento, y ese desafío que la vida te puso por delante fue vencido gracias a tu valentía y a tu fortaleza personal. Siempre he dicho, que la vida no es un remanso de paz; tarde o temprano todos llegamos a encontrarnos con algún desafío, todo depende de cómo superarlo y del esfuerzo que hagamos para salir adelante.
            Cuántas veces todo consiste en poner nuestra vida a funcionar y, pasar de ser actor a espectador de la misma Seamos capaces de coger las riendas de nuestra vida, haciéndonos cargo de aquello que nos sucede, y veremos cómo venceremos esos deseos y aspiraciones. Indudablemente corremos riesgos, puesto que nunca estaremos libres de tropiezos, pero con valentía seguro que venceremos esos desafíos.
             Nuestra vida la tenemos sometida diariamente a movimientos frenéticos, al que tantas veces nos adentramos ante objetivos ocultos, que no sabemos cómo salir, sólo lo autentificamos diciendo: “Vamos a ver cómo voy a salir de esto” Eso no implica que dejemos de planificar esos objetivos, siempre a la medida de nuestras posibilidades.
             Pensemos ante cualquier situación que existen innumerables argumentos lógicos que nos ayudarán a combatir esos desafíos. La mejor estrategia suele empezar por las actitudes más convincentes, ante tú propia forma de ver las cosas, para a continuación ir añadiendo nuevas metas a fin de que uno mismo quede satisfecho y ante esa actitud, puede que quede atajado ese desafío. ¿Quién de nosotros querría vivir muchos años siendo un profundo desgraciado? Por eso tenemos que vivir con los desafíos. ¿De qué nos serviría la salud si no gozamos de la vida?
            Todo ser humano tiene contradicciones internas y no siempre creemos que son como desearíamos que fueran, simplemente son desafíos que la vida nos pone por delante. En verdad son imágenes distintas a la realidad, y desde ese lugar, cada acción  comienza a generar situaciones diferentes que sólo tú debes ser el encargado de tratar de vencer esos desafíos.

 Meditación: Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío, que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario