jueves, 31 de diciembre de 2015

Frustraciones y cicatrices.

             Cada frustración se almacena en nosotros provocando cicatrices internas, que van destruyendo poco a poco nuestro estado emocional. Éstas aparecen por motivos de no poder lograr el objetivo deseado. Por eso nos sentimos frustrados, provocando en nosotros un sentimiento de tristeza, enfado o rabia. Es cierto que todos somos diferentes, y cada uno vive de formas distintas, pero generalmente sentimos en común esa sensación de desánimo y decepción que nos produce la frustración.
             Cada día extendemos nuestras manos para “agarrarnos” a la vida, pero a veces algo se interpone en nuestro camino haciendo que nos sintamos abatidos o derrotados. Es cuando aparece esa frustración que nos hace inseguros, debido a las continua “huellas” que ese continuo sufrimiento va carcomiendo nuestro ser. No siempre salimos derrotados, y es posible que con el tiempo nos vayamos “acorazando” aprendiendo y reflexionando sobre esas experiencias. Sí es cierto que muchas nos deprimen y nos desesperan, resultando de ello un estado negativo sin aprender nada bueno de ellas.
            Sin notarlo, esas situaciones nos van haciendo cada vez más sensibles, recordando siempre los motivos de nuestros fracasos. Al mismo tiempo, sentimos continuamente una situación de continua ansiedad, por motivos de los logros no conseguidos. Perdemos en cierta manera la confianza en nosotros mismos, huyendo casi siempre de volver a emprender nuevas andaduras, debido a sufrir otra nueva decepción.
             La verdadera finalidad consiste en recuperar el equilibrio personal, liberando las emociones y tratando de restaurar nuestras pulsaciones, con el fin de encontrarnos de nuevo con nosotros mismos. No olvidemos que todo tipo de frustración en sí, sólo es un sentimiento transitorio, es como un estado de incertidumbre el cual nos define como persona. Y no pensemos que una situación frustrante, pueda significar un fracaso, debemos desarrollar una aptitud de tolerancia, pensando que situaciones como esas, siempre aparecerán en nuestra vida. 
            Continuamente nos encontraremos con momentos difíciles de resolver en los que podemos sentirnos frustrados y por tanto hundidos, tristes y a veces fracasados. Pero es de relativa importancia aprender y a saber manejar determinadas situaciones ante nuestros sentimientos a fin de que no nos afecten en exceso y podamos combatir las circunstancias que los originan.
           Todos debemos aprender a manejar las frustraciones. Para ello, es necesario aceptar las causas que las provocaron y no permitir que las consecuencias de las mismas nos sobrepasen. Es difícil para muchos el poder resolver esos continuos sentimientos de frustración, llegando a provocar desmotivación y abandono al deseo de emprender un nuevo proyecto. Vencerlo, por supuesto que tiene una enorme dificultad, pero es necesario controlar los reveses que el destino nos presenta, y armarnos de paciencia y perseverancia, con el fin de que esas frustraciones no nos dejen cicatrices.
 
Meditación: Cuando alguien culpe a los demás por sus fracasos, sería bueno que también le atribuyeran sus éxitos.

 

domingo, 27 de diciembre de 2015

¿Perdemos la pasión?

          Me diréis: ¡Que perdemos la pasión! ¿A que es debido? Pues verás, las pasiones ni más ni menos son  efectos emocionales de caracteres disyuntivos, y a veces son impulsos de nuestra propia sensibilidad, que se inclinan a obrar o no obrar, en vista de lo que se percibes como bueno o malo. En general las pasiones se caracterizan por el amor, y el odio, el deseo y el temor, la tristeza y la euforia, etc. De entre todas ellas la más fundamental es el amor y el odio, las cuales están fundamentadas por el atractivo personal.
         Aunque observamos que con el tiempo, esa pasión se debilita, perdiendo esa fuerza primitiva, llegando incluso a desaparecer. Somos nosotros los únicos que podemos tratar de recuperarla. Nada fácil por supuesto. Ateniéndonos a estos principios no podemos construir una relación armónica sin atender a las necesidades del otro,  que de hecho deseamos compartir.
            Toda pasión se sobrepone a la voluntad que intentamos tomar, pero siempre por medio de inclinaciones libres de adoptar. Aunque los apoyos siempre son necesarios, ya sean premios, castigos, intereses, etc., siempre en la medida que vamos creciendo y madurando, estas pasiones que a primera vista suelen ser dominantes, se transforman en riquezas que fortalecen nuestro interior. Podríamos pensar que sentir pasión requiere un nivel de energía suficientemente alto, porque cuando estamos con “bajón” o con las energías por los suelos difícilmente resistiremos cuando “pase” a nuestro lado.
          En realidad es cierto que nos apasionamos con nuestra pareja a medida que deseamos manifestar físicamente nuestros propios sentimientos, y es en esa primera entrega donde mezclamos la ternura, el amor, la pasión, etc., haciendo que nuestra vida se convierta en una fantasía. Ahora bien, a veces esa pasión es peor cuando se convierte solo en obsesión, esperando de cada iniciativa se convierta en generar aquellos resultados deseados.
           Así cuando la falta de pasión pierde interés por múltiples razones que puede llegar por falta de preocupaciones sobre uno mismo, observamos que ya no nos dice “nada”, cuando no tenemos ganas de comunicar nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras ideas o simplemente qué tal nos ha ido el día, es cuando nos preguntamos si seguimos manteniendo la misma pasión. En estos casos deberíamos dejar que las cosas pasen, que las situaciones vuelvan a crecer de nuevo y construir nuevos resultados. Si cada iniciativa se vuelve a hacer con ganas, con la simple espera de generar resultados, conseguiremos que dicha situación pase, y todo se convierta en un  nuevo triunfo.
          Pensemos siempre, que el erotismo está constituido por un perfil de difícil entramado y de guiones formado por imágenes que alimentan el deseo de nuestra vida íntima. Sólo se trata de crear y enderezar a conciencia una nueva historia erótica que nutra y aumente la polaridad de esa energía sexual que creemos perdida.  Cuando algunas de esas premisas carecen de recursos es cuando hay que sentarse a dialogar y a puntualizar si todavía se puede construir una forma de "sanar" esa relación y volver a abrir las puertas al amor.
 
Meditación: Pasión es aquello que deseas sin necesidad de amarlo.

jueves, 24 de diciembre de 2015

¿Por qué hacemos lo absurdo real?

           Si analizamos detenidamente este título, es totalmente contradictorio. Hablando hace unos días con una antigua compañera, con la que estudiamos juntos “Psicología experimental” le pregunté, ¿podrías darme alguna respuesta a este título?  Creo que no me entendió. Enseguida y sin pensar, me respondió. Lo que me preguntas no tiene sentido, puesto que lo que  es absurdo no es real y, si es real no puede ser absurdo. Quedó muy claro; es lo primero que respondería de inmediato cualquiera persona.
          Así empezó una larga conversación ante la cual, creo que ambos sacamos muy buenas conclusiones, llegando al término de ponernos ambos de acuerdo. Recuerdo que empecé diciendo: “Cada experiencia de dolor, nos deja una marca. Si alguien nos ha lastimado, hemos aprendido a detectar a la persona que se acercó para lastimarnos, así cuando quiera volver a mi vida, no se lo permitiría” Entonces; esto es ¿real o absurdo? Aquí empezó la duda, y sin aplicar ninguna teoría, se nos vino a la mente aquel refrán tan popular que nos dice “El hombre es el animal que tropieza varias veces en la misma piedra” Pensemos que el mundo es un lugar de paso, y todos los caminos  nos conducen hacia el más allá, por tanto conviene comportarse ética y justamente para alcanzar “ese dicho que nos tienen prometido” No deseo entrar en ningún argumento teológico, puesto que esto nos llevaría por otros derroteros, el cual no es mi intención.
            Ante esto, la vida parece que la hacemos que carezca de sentido por completo, puesto que la intentamos vivir desprovista de emociones; es decir vivirla lo más absurda posible, puesto que de esa manera la soportamos mejor. Si la llevamos a través de cualquiera otra manifestación dramática, nos llenaría de dolor. Por tanto ¿no es más fácil vivir en lo absurdo? Recuerdo una conferencia cuando estaba en la Facultad de Psicología que nos dio el prestigioso filósofo D. Carlos Castilla del Pino, sobre la “Teoría de los sentimientos” a ella asistimos todos los alumnos que por aquel tiempo estudiábamos y sobre la cual decía: No dejes nunca que tus pensamientos te manejen, tienes que ser leal a la verdad y no a tus sentimientos. Y a continuación nos alentaba a meditar reflexionando lo siguiente: La realidad no es lo que ves. La realidad es lo que hay en tu interior. Sencillamente es la capacidad que tenemos cada uno de nosotros para levantarnos ante el dolor, y afrontar la vida tal como es en realidad. Ante esto, nos preguntamos, entonces: ¿es real cómo actuamos? o nos dejamos llevar más por lo absurdo, haciendo que todo nos parezca real.
             ¡Mira qué casualidad! Hoy es justamente un día muy esperado para muchos de nosotros. Y si te pregunto: ¿cómo lo piensas pasar? Seguro me dirás. Pues lo mejor posible. Asistiré durante todo el evento con una sonrisa todo el tiempo posible, porque así lo exige el protocolo, aunque sé que mi interior está totalmente  “roto de dolor”, sólo en pensar que durante todo el tiempo que dura la diversión, me falta ese alguien que desearía que allí estuviera. Por tanto seamos sinceros y aquello que realmente nos sucede lo convertimos para nuestra comodidad en absurdo, diciendo: ¡no voy a crearme problemas! ¡Basta! tomaré una simple decisión, y así recurro a la elección más fácil. ¡Lo absurdo! Pensándolo bien, es una postura bastante radical y al mismo tiempo la más real en esos casos. De esa manera sólo pensamos en no regresar al pasado, dejando todas los problemas a un lado, para vivir en “lo absurdo” diciendo: mañana “ordenaré” de nuevo mis sentimientos para afrontarlos verdaderamente real. Pues de esa forma tan sencilla, solemos convertir muchos momentos auténticos y reales de nuestra vida, en situaciones totalmente absurdas, sólo porque, “en lo absurdo nos es más fácil vivir”
 
Meditación: Sólo el que ensaya lo absurdo, es capaz de conquistar lo real.
 

domingo, 20 de diciembre de 2015

Dar y recibir.

           Algunas personas tienen dificultades para recibir, es entonces, cuando a pesar de que el otro le dé mucho, todo cae en una cesta sin fondo. Es realmente una situación muy frecuente tanto para el que no puede retener lo que recibe, como para el que da, porque este puede tener la sensación de que aquello que preparó con tanto amor el otro no lo considera valioso. Esta incapacidad del otro para recibir de uno puede ser vivida como un desprecio por el otro.
           Cada vez que nos pasa por la mente o sentimos decepción por la traición de alguien a quien ayudamos o nos molesta su falta de reciprocidad, es porque dimos en forma condicionada. Lo mismo si al recibir algo sentimos la obligación de ser recíprocos. Esto no es ni bueno ni malo, es solo confusión y observamos cómo esta confusión nos trae dolor a nuestra vida.
             El concepto de “dar y recibir” es en realidad la luz de la conciencia la que hace las cosas extraordinarias. Entonces las pequeñas cosas dejan de ser pequeñas, siendo la profundidad y el sentido de nuestra vida la que se hace proporcional a nuestro nivel.
            Recibir tiene que ver con nuestra autoestima. En la medida que podemos recibir, vamos acumulando pequeños gestos positivos a nuestro auto concepto. Y de esta manera sabemos que estamos recibiendo cuando nos tocan el corazón, cuando podemos escuchar lo que la otra persona nos da y cuando podemos reconocer lo que experimentamos.
            Sólo a través del amor que profesamos a las cosas, resulta posible darlo a los demás. Y cuando amamos, con sinceridad podremos aplicar este consejo de amor, puesto que eso es lo que recibiremos. Regala amistad a todo aquel con quien te relaciones. Vayas donde vayas, lleva siempre contigo una frase agradable, una sonrisa o un gesto de afecto. Recibes con agradecimiento todo aquello que te ofrece la vida y sobre todo de las personas que te rodean. Aceptar el favor de un amigo es hacerle otro.
             Nunca deberíamos olvidar esa frase famosa de Alejandro Dumas: “La amistad consiste en olvidar lo que uno da, y recordar lo que uno recibe”
             A pesar de todo, “dar y recibir” es fundamental en toda relación de amistad que se aprecie. Como dice el refranero español: “Entre amigos de buen cuño, no hay ni mío ni tuyo” Solo cuando nos amamos a nosotros mismos, podemos aplicar este consejo de ofrecer amor, pues eso es lo que recibiremos. “Recibimos lo que damos. Si arrojas ira y desprecio, eso es lo que recibirás, si das amor y amistad, eso recibes” Según esta ley, cualquier elemento con valor, en la vida se multiplica. 
             Por último, recomendaría. Deja ya el pasado; si fue bueno te inundará de alegría aunque las añoranzas se apoderen de ti. Si fue malo: ¿para qué recordarlo? Tú presente y tú “hoy” te abrirán caminos infinitos de amor, amistad y felicidad. Muévete por él, y pon todas tus energías en conseguirlo.
 
Meditación: Después de la propia sangre, lo mejor que el ser humano puede dar son, sus  propias lágrimas.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

¡Búscame!

              ¡Búscame! Pero, ¿es que acaso me fui? siempre estuve ahí. ¿O es que quizás no quisiste buscarme? Si miras el gráfico, verás que cerca estaba. O es que no nos han preparado para los cambios, ni nos enseñaron a procesar las pérdidas de emociones. Siempre aspiramos a mantener una segura garantía en nuestra vida, pero desgraciadamente, ésta no es así. Todo es tan absurdo como pedir que siempre sea de día. Así se explica, a mi modo de ver, que a través del tiempo existió una inconfundible experiencia que me hizo producir un sufrimiento innecesario.
             Las cercanías sin saber por qué, se convierten en lejanías de forma que no podemos distinguir que fue lo que pasó. Así se pasa de vivir una afectiva proximidad, a confirmar una singular lejanía, que sólo se percibes cuando nos encontramos en una auténtica soledad. Ya la vida no será igual hasta un nuevo encuentro. Todos nuestros sentimientos lo llevamos en nuestro interior de forma emocional; Así decía Dostoyeski, “quien tiene recuerdos felices de su vida pasada, está salvado para siempre” Es posible que de alguna manera usemos nuestras reservas emocionales como recordatorio.
            Pero por mala o equivocada que haya sido la experiencia, quizás podamos preguntarnos: ¿Qué puedo aprender de toda esta situación, que me sirva para trabajar mejor en mi presente y quizás para construirme un futuro mejor? A menudo pensamos que “conocemos” a otra persona cuando en verdad lo que estamos haciendo es proyectar sobre ella nuestra propia ideología. Analizando lo dicho, podemos sacar en conclusión que cuando pensamos en otra persona, te caiga bien o mal, solemos experimentar una sensación interior. Sólo por el hecho de pensar en esa persona, ya es evidente que estamos experimentando un sentimiento incluso en su ausencia.
            Para evitar ser víctimas de nuestros impulsos debemos trabajar de forma activa y   mantenernos a raya, para poder perpetuar a lo largo de nuestra vida y poder volver a ser los dueños de nuestro propio destino. Para la mayoría de las gentes, es muy fácil analizar los pensamientos de los demás. Pero todo es cuando la vida te “rueda con piloto automático” es cómo si tuviéramos un mapa de carretera, ¡Todo va bien! Pero de momento todo se disloca y te ves en la más auténtica soledad. Aquellos recuerdos ya no existen, tus amistades desaparecieron, tus emociones se perdieron y tus propios sentimientos poco a poco te van destruyendo, hasta verte derrumbado. ¡Nunca lo pensé!
           Pero por desgracia, ahora los añoro, pensando en que pueda ser posible que aún pudieran volver. Siempre tuve momentos en mi vida de difícil experiencia y de auténtica dificultad, pero jamás me encontré con esos momentos de aislamiento, lo cuales son de verdadera tristeza.
            Esperar a que las cosas lleguen por sí solas, no es la manera de salir. Sólo uno mismo debe ser capaz de ver todo lo que se mueve en nuestro alrededor. En definitiva: “no hay mejor aprendizaje que pasar por esos momentos” y de ellos tener que aprender.
            El sufrimiento inútil es el que no tiene justificación, el que no ayuda a la superación de las dificultades en los momentos difíciles. Únicamente contribuye a hundirnos cada vez más en ese lamentable estado en que a veces nos encontramos, cuando pensamos que nada tiene solución. Por eso, lanzo ese ¡¡Búscame!! Mirando al cielo, esperando encontrar esa ilusión que me haga recuperar esos sentimientos perdidos.
 
Meditación: Muchas personas están destinadas a quererse unas a otras, pero no están destinadas a estar juntas.

sábado, 12 de diciembre de 2015

Decisiones y sentimientos.

           Si nos ponemos a pensar, observaremos que toda nuestra vida transcurre a veces de decisiones. Decisiones muchas veces sencillas e irrelevante, pero otras llenas de sentido de responsabilidad. Que a veces aceptamos o no aceptamos, acudimos o nos quedamos, quisiera, pero no me atrevo, y así sería innumerables los momentos que se nos presentan en la vida, con la condición que sólo tú y nadie más que tú, debes decidir.
            Porque por mucho que queramos son situaciones que no podemos mantenerlas al margen, ya que estamos rodeados de personas que piensan y actúan, y a veces no cómo tú. Ellas tienen sus valores, sus ideas, sus creencias y por lo general muy diferentes a las nuestras. Cómo es lógico estoy hablando de relaciones en que los afectos y emociones tienen un lugar primordial. Cómo: entre parejas, hijos, compañeros de trabajo, amigos,  etc., etc. En fin; en definitiva vivir es ir sumando sucesos, decisiones y sentimientos que a veces nos llenan de satisfacción y otras nos dejan al borde de la incertidumbre sin saber qué postura es la que deberíamos haber tomado.
            Cuantas veces debemos recurrir para tener éxito, al análisis en profundidad y con frecuencia, saber controlar los sentimientos, para salir airoso de algunas de las decisiones tomadas. Muchos me diréis ¡cuántos errores! Sí, pero lo llamados errores no son más que “peldaños” en el proceso de aprendizaje que la vida continuamente nos presenta.
            Tomar decisiones no es nada fácil, y a veces transitamos por la vida ante una actitud cerrada, convencido de que no llegaremos a solucionar nada, Tomamos una postura rígida, a la que nos cuesta visualizar el rumbo y encontrar una conducta flexible a la que podamos atenernos. Este proceso puede dejarnos anclados y sin salida en un momento determinado. Es justo pensar que lo que nos da la experiencia son los años, lo que nos implica a adquirir “sabiduría” Pero siempre nos queda en nuestro interior ese “resquemor” de si acertaré o no acertaré ante los demás, siendo esto la causa primordial que siempre tenemos que contar con los sentimientos de los demás. ¡Nada fácil!
            Ni que decir tiene, que si somos una persona indecisa, aún se nos agrava más la situación, puesto que esa postura hace que nos sintamos bloqueados a la hora de cualquier decisión. A pesar de todo, en nuestros días la toma de decisiones es una tarea que en cualquier momento debemos asumir. No hacerlo puede traernos repercusiones importantes, puesto que optar por un condicionante u otro, podría dejar de ser problema, aceptando siempre lo que suceda.
           El tomar una decisión contando con los sentimientos de los demás, nos lleva a una encrucijada en la que es muy probable que podamos no salir bien. Si la habilidad de tomar decisiones se aprende, también se puede practicar y mejorar. Es digno de tener en cuenta que las personas “hábiles” en la toma de decisiones tienen capacidad para clasificar las distintas opciones según vean las ventajas o inconvenientes que se puedan apreciar. Cuando tomemos una decisión, no obstante pensemos que los sentimientos y las emociones toman parte consustancial del ser humano, y como tales, nunca debemos ignorarlos si deseamos tomar una actitud coherente.

 
Meditación: El hombre que pretende verlo todo con claridad antes de decidir, nunca decide.
 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La atracción de las novedades.

          Siempre es necesario pensar que nuestros sentimientos son a veces la causa de nuestros pensamientos. Aunque en parte estos sean difíciles de entender para la mayoría de las gentes, es en realidad unas de las consecuencias de aplicar a que nuestras vidas tengan éxito, si no sabemos cómo transformar esos sentimientos negativos a sentimientos positivos. La incertidumbre de lo nuevo, la atracción de lo desconocido, e incluso el placer de la aventura, nos llevan a una manera de ser tanto como el deseo de permanencia y seguridad.
           Todo nos lleva a un cúmulo de posibilidades, lo cual nos demuestra que podemos tener, o que hacer en cualquier momento que se nos presente. Dicho de otra manera es la posibilidad de realizar cualquier acto siempre que pongamos nuestra mente en ello. Solo tenemos que abrir nuestro interior y visualizar lo que deseamos tener. Si hacemos todo con constancia y actuamos acorde con ello; ¡lo que se desea, vendrá!
            Aprender a tolerar las frustraciones y a ser valioso aun sin el reconocimiento externo nos hará la vida más fácil. Por eso sentimos la urgencia de conocer todas las partes de nuestro ser y emplearlas en todo su potencial, para hacer crecer nuestro encuentro interpersonal y madurar como personas más completas.
           Otro de los puntos de máxima importancia es el secreto del poder de atención que pongamos. El caso no está en que muchos de los procesos de atracción no están en atraer a nosotros lo que deseamos, sino en si se lleva inconscientemente. Dicho de otro modo, nos llegan muchas causas a nuestra vida, sin que no tengamos una intención de hacerlas. Todo está en el modo en que podamos realizarlas de forma consciente, sin que existan interferencias ni conflictos.
          Otro de los problemas que nos acucia es vernos atrapado por el histerismo. Para el histérico, consiste siempre en desear algo y obtenerlo rápidamente, puesto que tener que esperar se nos hace insoportable, resultando difícil resistir la tentación.
          Ahí es donde reside la gran vulnerabilidad la cual resulta muy difícil resistirse a la atracción. Esta “ley de atracción” se basa en tener, y no en ser. Cuando algo vibra en nuestro interior, estas vibraciones se transforman en ideas energéticas. Esta es una de las experiencias que se proyectan en nuestro interior. ¿Cuántas veces en nuestro interior nos atrae ese estado de satisfacción? Así cuando vivimos en una forma de abundancia y gratitud, experimentamos un mundo exterior de atracción positiva. 
           Pero el miedo a sentirnos a que no somos valiosos, puede llegar a convertirnos en una adicción y al reconocimiento que, como todas las adicciones nunca pueden ser satisfechas. Deseos y atracciones no son realidades simples. Las hay mayores y menores. Lo deseable es que podamos conocer personas que aunque tengan “rangos opuestos” a los nuestros, en su conjunto nos agraden y nos aporten atracciones positivas.
           Ya puedan ser amistad, amor, camaradería, lealtad, etc., todos son sentimientos que unidos puedan ser atractivos a algo que desconocíamos.

 
Meditación: Hacer un amigo es una alegría, tener un amigo es un lujo, conservar un amigo no es nada fácil,

 

sábado, 5 de diciembre de 2015

Nuestro pasado II.

           Nunca deberíamos renunciar de nuestro pasado, Sería justo recordar que todo lo que hasta aquí sucedió, se lo debemos a nuestro tiempo vivido, tanto lo que te ha gustado, como lo que no. Solo es cuestión de aceptar la realidad. A veces deseamos esconder situaciones que no hemos deseado emocionalmente, pero que continuamente nos hacen daño, generando en nosotros una inseguridad. Sin embargo nos podemos o no sabemos soltarnos de ese pasado que nos atormenta. Deberíamos y sin temor a mirar ese tiempo turbulento que en su día creímos que nos hizo daño, para descubrir respuestas que expliquen nuestro presente.
             ¡No renunciemos a nuestro pasado, sea cual fuere! En él se encuentra la raíz de todo lo que somos. Alguien dijo aquel dicho tan famoso: “aquel que olvida su historia está condenado a que se repita” Sé que muchos presentan temores ante aquellos recuerdos que en determinado tiempo, no hubieran querido que sucedieran, pero la vida nos demanda llevarlos siempre presente, aunque no sean de nuestro agrado.
             Tampoco es de imperiosa necesidad vivir envuelto en el ayer, en ese pasado que tanto daño nos hizo; por eso intentemos de “situarlo a un lado” y disfrutemos de las cosas bellas que el día a día nos presenta,  pensando encontrar un mundo de ilusiones, con el sólo hecho de despertar por la mañana. Tampoco nuestras vidas están para quejarnos continuamente ante aquellas decisiones propias que tomamos y nos empeñamos en que nuestro corazón y nuestra mente estén  continuamente atormentado.
             Pensemos siempre que el tiempo avanza  implacablemente, y que nuestro trabajo debe continuar con esa “carga”, sólo es cuestión de saberla gestionar, por indeseable que parezca. Sí, es triste recordar que vivimos momentos de desengaños, de tristezas, de frustraciones, pero es tiempo de “levantar cabeza” y proponernos que también hubo momentos de extrema felicidad, que es justo recordar. Desgraciadamente la vida es así, siempre llena de altibajos.
            Si nuestra mente empieza a dar vueltas a las mil y una situaciones subterráneas que no hubiéramos deseado vivir, es posible que nos enredemos en momentos que nos llevarán a posiciones de continua tensión, haciendo que nuestras vidas sea un martirio.
            Nuestro empeño hoy debería estar en amar “lo que tenemos” y no tratar de manipular inútilmente aquello que pasó y que por mucho que queramos siempre estará en nuestro pasado. El pasado es eso mismo: sólo pasado. Aunque a veces nos preguntemos: ¿por qué nuestro pasado, siempre lo tenemos presente? Aunque vivamos de una ilusión permanente, y de un mundo distinto, jamás intentemos olvidar nuestro pasado, puesto que él, y es justo reconocerlo, quizás nos haya traído la felicidad que hoy pretendemos. Propongámonos de ahora en adelante no hablar de ese pasado que nos hizo daño, y continuamente nos carga de culpabilidad y de dolor.
            Nuestra solución está en dejar esa culpa en su “página” correspondiente y empezar a vivir de una manera abierta y sincera con el propósito de proyectarnos un nuevo futuro. Volver a abrirnos a unos nuevos momentos que nos haga felices todo el bien posible, puesto que nuestra capacidad de amar, siempre puede ser compartida con quien sea en nuestra vida.

Meditación: No es necesario destruir el pasado cuando se ha ido; en cualquier momento puede aparecer,  y volver a ser presente.

martes, 1 de diciembre de 2015

Actuar mediante la reflexión.

           Si profundizamos en nuestro mundo interno y hacemos un alto, cabría la opción de reflexionar sobre nuestro interior, llegando a meditar y empezar por plantearnos si nuestra vida necesitaría un cambio o si esos sueños deseados  llegarán a cumplirse. Todo debido a que diariamente nos vemos asaltados por múltiples estímulos que atrapan nuestros sentidos. Estas interrupciones nos hacen reaccionarnos de formas distintas, en vez de reflexionar y hacer actuar nuestra mente, ya que ésta se acostumbra a pasar de una idea a otra. No va a ser fácil que podamos reflexionar sin interrupciones, puesto que nuestras aptitudes no llegan a hacerse patentes a menos que tengamos la oportunidad de utilizarlas.
          Cuantas veces suspiramos y añoramos pensando en momentos de estabilidad emocional, sin temor a esos momentos de interrupciones, donde relajarnos y trabajar con paz y tranquilidad. Desde luego las consecuencias, es que nunca llegamos a descubrirlo, debido a que todo depende de que las oportunidades que tengamos, sepamos aprovecharlas, puesto que en nuestra vida nos encontraremos con infinidad de dilemas axiomáticos en los que deberíamos darnos un tiempo para reflexionar antes de actuar de acuerdo con lo que consideramos que es lo correcto para la mejor opción. Todo para poder intervenir de una manera justa a fin de obtener lo que realmente deseamos. Es posible que muchas veces existan decisiones que ponen en riesgo nuestros proyectos, pero todo se consigue a través de establecer un nivel de importancia a las cosas que nos comprometemos.
            Nuestra vida cotidiana, en efecto ha cambiado mucho: todo no consiste en elementos naturales, sino en la mayoría de los casos, parten de hechos artificiales y por lo tanto, estamos sometidos a estas nuevas influencias, a la que nuestro cerebro no ha tenido tiempo de adaptarse.
            Reconozco que el tiempo está dado para ser empleado de un modo eficaz y sobre todo eficiente, aunque es cierto que muchas personas no son dadas a la reflexión, puesto que vivimos en una carrera desenfrenada, no buscando el tiempo para reflexionar, Hay cosas maravillosas que podemos encontrar si le dedicamos un poco de tiempo a pensar de la forma adecuada para realizarlas.
            Debemos aprender que todo tiene su tiempo. Cada propósito que tengamos destinado tiene su tiempo señalado y debemos discernirlo para no desaprovecharlo. Cada hora es como una perla en nuestras manos que debemos cuidarla para no perderla.
            El éxito se suele decir que es cuestión de constancia. Si es así, para alcanzarlo en el futuro, pensemos que es lo necesario para conseguirlo. Sencillamente no divagar ni buscar excusas, puesto que nos llevará a la no consecución de nuestros proyectos. Cuando comencemos algo, no malgastemos el tiempo buscando problemas antes de tenerlos. Si los hay, ya se presentarán.
            Nunca deberíamos publicar información personal sobre  temas específicos, ya que podrías dar a otras personas una impresión equivocada de ti. Recuerdas que el humor y la ironía no siempre están bien entendidos, especialmente si los que nos leen, no nos conocen bien.

 Meditación: El único “error” que pudo haber cometido Dios es no haber dotado al ser humano de dos vidas; una para ensayar y otra para actuar.