lunes, 12 de octubre de 2015

Transmitir paz.

              ¿Qué nos garantiza que actualmente podamos transmitir paz? Que difícil, ¿verdad? Aun así, los grandes movimientos tradicionales de toda la vida han resumido su mensaje a través de grandes dosis de meditación y comprensión, llegando a poder transmitirla. Me dirás: estamos cansado de tanta rivalidad, injusticias y guerras, pero ¿qué hacemos para fomentar la paz? Pensemos siempre que cualquier mensaje por pequeño que sea es capaz de cruzar fronteras y mover el mundo para que las personas comencemos a actuar de manera armónica con todo lo que nos rodea.
               La paz es una forma de vida, solo hay que entenderla, aplicar la sencillez y contemplar las cosas que nos rodean. Es una manera abierta y positiva de relacionarnos con el mundo, es decir; con nosotros mismos y con los demás. Es como una armonía que nos rodea y crece de dentro hacia afuera, pero pensando siempre, que sin paz interior no puede constituirse dicha armonía.
            La vida es un continuo ajetreo de desesperanza. Y yo me pregunto: ¿por qué no meditar? La meditación nos ofrece innumerables beneficios para el cuerpo, mente y espíritu. A veces el descanso que logramos con la meditación es más profundo que el sueño más intenso que podamos tener. Pensemos siempre, que cuanto más profundo es nuestro descanso, y más dinámica nuestra actividad, la meditación es la puerta al encuentro con nuestro interior. Es la única fuente de vitalidad y plenitud que a veces buscamos fuera, sin pensar que la tenemos dentro de nosotros, en lo más profundo de nuestro corazón.
            Es nuestra decisión abrir el corazón a esa inmensidad divina. Conseguir la paz significa eliminar de nuestra vida cualquier forma de violencia hacia uno mismo. La paz empieza siempre con un pensamiento abierto y positivo. Para eso tenemos que sentirnos agradecidos. Pero seguro me preguntarás: ¿cómo sentirme agradecido con todos los problemas que tengo y todo lo que me está pasando en estos momentos?
            En primer lugar tenemos que olvidarnos de aquellos “asuntos” que no tienen solución, y desplegar nuestros sueños a todo aquello que conlleva a conseguir una felicidad que resplandezca ante las zonas más oscura y violentas de la humanidad. Si lo pensáramos, todos tenemos el mismo problema: encontrar un lugar digno en la sociedad.
            No es tiempo de revoluciones, sino de descubrimientos de nuestro potencial, por eso una nueva educación es vital en la búsqueda del camino hacia la paz interior. ¿Qué nos impide aprender de nuevo? Nunca encontraremos la paz ni la podríamos transmitir, si no iniciamos un camino hacia nuestro interior.   
             La causa de todos nuestros conflictos y la falta de paz, reside en el pensamiento negativo. Si existe alguna posibilidad de que reine la paz, hay que empezar siendo compasivo y positivo con uno mismo, poniéndonos en la piel de los demás y dándonos cuenta de que sea la paz, y no el reproche; todo empieza en nuestra mente. Así que empecemos por nuestra mente, y observemos el proceso de nuestros pensamientos que tienen lugar en nuestro interior.
             En resumen, la paz es fruto de la propia búsqueda de la autenticidad y de aprender a amar  todo lo que nos rodea. Pudiéndola conseguir a través de comunicarnos con aquel que dejaste hundido y abatido anta la incertidumbre de la duda.

  Meditación: El tiempo me va dando las mejores respuestas a todos mis “por qué”
 

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