miércoles, 1 de abril de 2015

El dolor en la intimidad.

           La intimidad no es más que una situación personal de cada uno, en donde residen los valores humanos y personales, siendo todos ellos un conjunto de derechos fundamentales para el desarrollo de la persona y de la familia. Junto a esto, nos creamos un ámbito reservado interiormente ante los demás, contra las intromisiones y las indiscreciones ajenas.
          Esta intimidad nos conduce a un conjunto de acontecimientos emocionales que ocurren a través de nuestra vida y en nuestra mente, siempre junto a comportamientos emocionales, sentimientos y demás pasiones. Si estas relaciones personales de las cuales hablaba anteriormente, no son fáciles de llevar en general, mucho menos serán las que se establecen entre dos personas  que se aman y deciden vivir juntas, pero al mismo tiempo sobrellevan emociones y contra posiciones de valores muy distintas. Todo se presenta cuando deseamos establecer una relación con alguien, aunque lo que más desearíamos es tener una pareja estable con quien compartir nuestra vida y al mismo tiempo planificar un futuro de a dos.
              Si, el amor, es enviado como el regalo esencial para cada persona. Cuando nos lo proponemos, bien vemos que todo nace del amor. Pero existen momento que esa falta de amor genera situaciones complicadas llenas de emociones. Sé que cuesta entablar relaciones profundas con alguien, pero la sola imagen idílica, nos provoca, miedo e inseguridad, que al mismo tiempo nos sentimos vulnerables, solo con el simple hecho de hacernos sufrir. Debemos comprender que el amor y el dolor lo llevamos anclado en el mismo lugar.
               Lo más preocupante y de peor pronóstico para una pareja es que se haya instalado el desamor, que se hayan roto los últimos hilos de ese sutil y quebradizo vínculo que une a dos personas para constituir una pareja. ¿Por qué a veces son tan complicadas nuestras relaciones? ¿Por qué provocan tanto dolor y sufrimiento? ¿Por qué se termina el amor? A pesar de que parezca muy difícil explicarlo, cada vez nos convencemos que, todo esto sucede, en primer lugar porque “el amor nunca existió”. Muchos dejan de amar porque ya no tienen sentimientos de amor hacia su pareja. Sé que esto es un enfoque personal y muchos no estaréis de acuerdo, pero hay que reconocer que los sentimientos surgen como consecuencia de nuestras actitudes y comportamientos amorosos.
           Es importante distinguir entre el dolor y el sufrimiento. El dolor nos lo trae la vida, siempre estamos expuestos a él, y el amor, como parte de la vida, implica dolor por los desencuentros, pérdidas, enfermedades, etc. Sin embargo, no tenemos por qué implicar el sufrimiento propiamente dicho, con el dolor que nos proporciona el empeño de cambiar la realidad, o las actitudes de alimentar nuestras heridas.
             La verdad es que no nos queda más que enfrentarnos al abandono, no quedando otra solución que asumir el dolor en nuestra intimidad que nos produce ese duelo que irremediablemente hemos ido generando.

 Meditación: Durante la juventud creemos amar; pero solo cuando hemos envejecido en compañía de otro, conocemos la fuerza del amor.

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