viernes, 27 de marzo de 2015

Atreverse con las dificultades.

            Todo consiste en tomar las decisiones que nos permita pasar a las acciones eficaces, que nos hagan responsables y capaces de transformarnos. Así, cada vez que, nos lamentamos de los obstáculos que la vida nos presenta, sufrimos una derrota personal y tiramos la toalla; pensemos que cualquiera que sea la adversidad que llegue, ésta puede superarse. Todo llega a base de constancia, esfuerzo y sacrificio. Existen lugares con menos remedios y oportunidades que otras, y sin embargo las personas no dejan de ser  creativas ante los  problemas que se les presentan y emprendiendo siempre nuevos proyectos.
          Los problemas y dificultades aparecen tarde o temprano y de forma más o menos continuo en la vida de cualquier persona queramos o no, y cuando dicen aparecer no  podemos hacer nada por evitarlos, lo que si podemos hacer es enfrentarnos a ellos y tratar de poner soluciones. La práctica hace al maestro y no hay especialización posible sin la constancia en el aprendizaje, superando las dificultades que, con toda seguridad, irán apareciendo a medida que nos vayamos encaminando hacia el éxito.
             La vida nos enseña constantemente que no se logran grandes cosas ni objetivos importantes, sin grandes esfuerzos y fatigas; necesariamente debemos asumirlos, a ser posible con ilusión y hasta con alegría, pues si nos dejamos amilanar por el miedo y por la cobardía, las dificultades se nos presentarán como obstáculos insalvables.
            Si uno se cree incapaz de enfrentarse a una situación nunca lo hará. Este tipo de planteamientos para lo único que sirven es para desanimarnos e incapacitarnos para enfrentarnos a las dificultades. Igual que nos enseña, como decía anteriormente, la vida está llena de pruebas y dificultades. Podríamos llamarlas “tormentas” que pueden consumir tanto nuestra vida, que nos debe llevar a aferrarnos con toda nuestra fuerzas para no “soltar” y luchar siempre por sobrevivir.
             Muchos de nosotros y a través de nuestra existencia, somos probados más duramente que otros, pero solamente los fuertes,  resisten a esa “tormenta” y sobreviven resultando victoriosos. Hay un sentimiento maravilloso que viene con la victoria de la fortaleza: perseverancia, determinación y en especial, toda la ayuda de la Providencia. Si nos armamos de un espíritu valiente y atrevido, los obstáculos se empequeñecen ante la fuerza de nuestro coraje, activando todo nuestro potencial físico y mental, pasando a la acción, sin dejar ni siquiera una mínima oportunidad al fracaso.
           Por tanto analizando todo lo que vengo diciendo, y por pura lógica, la falta de voluntad, de valentía y de coraje, agigantan las dificultades cotidianas y hasta las crecen, por el miedo, la cobardía y la falta de decisión.
           Animémonos pues, a emprender, a cooperar, y luchar por materializar nuestros sueños, actuando de forma responsable y usando todo lo que hay a nuestro alcance, ya que muchas veces nos convierten en privilegiados, para demostrar que somos una sociedad viva, que merecemos lo que hemos heredado, y que aún queda mucho por hacer y muchos problemas que resolver. Disfrutemos todo lo que podamos de la aventura de atrevernos con las dificultades.

 Meditación: El arte de vencer las grandes dificultades se adquiere y se aprende con la costumbre de afrontar las pequeñas.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes. Creo que, en este proceso, el modo de actuar y de afrontar las dificultades por personas conocidas nos pueden servir de modelo y orientacion en ese camino de progreso personal en la superacion de los problemas. Como se diria a nivel musical, es el momento en el que podemos dar el “do de pecho“, pero esto supondria que nos hemos preparado para interpretar obras mas sencillas. Un abrazo y, como dice un conocido, “Adelante“

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  2. Creo mi estimado amigo que Ud. conoce mi situación y, tiene mucha razón en lo que dice, pero es cierto que hay días en los que uno desearía olvidarlo todo, dejar todos los recuerdos aparcados y conformarse con lo que tiene; días en los que me embarga una terrible soledad, y no hacer nada. Son justamente esos momentos en los que debo “tirar” de esa motivación que todos llevamos dentro, y dando un paso tras otro, aunque con tremenda dificultad, pretendo continuar con la “obra”, que Dios me ha propuesto acabar. Un fuerte abrazo. El sevillano.

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