lunes, 31 de diciembre de 2012

viernes, 28 de diciembre de 2012

No soporto las multitudes.

          Verano, playas a reventar, ciudades invadidas por los turistas… Para algunos, el buen tiempo puede convertirse en una pesadilla. Encontrarse en medio de esa “masa” nos despierta un sentimiento de malestar. Incluso de auténtica angustia. ¿Qué se esconde detrás de esa ansiedad? ¿Cómo podemos superarlo y sentirnos mejor entre la multitud?
            Procurar siempre evitar los lugares llenos de gente, evitar ponerse nervioso tanto por los ruidos, el calor, las muchedumbres. etc. Esas sensaciones de angustia intensa suelen ser el desencadenante de una oclofobia, que es el temor intenso a las multitudes.
            Para saber si nuestro agobio puede acabar en algo más grave, es importante conocer que es fobia, pánico, angustia o ansiedad. La fobia es como si dijera: “tengo miedo a tener miedo” El término pánico clínicamente se identifica con la angustia. Y la angustia y la ansiedad, por su parte, son dos términos que se diferencian para distinguir lo que ocurre en el cuerpo (angustia) de lo que ocurre a nivel mental (ansiedad).
            La ansiedad no es mala en sí, se da en todas las personas y puede ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento, así como movilizarnos frente a los que nos preocupa, por ejemplo; cuando huimos de una situación de peligro. Sin embargo si sobrepasamos ciertos límites se puede convertir en un problema de salud que interfiere en nuestra vida social y laboral.
            Otras veces el problema se encuentra en cómo nos vemos dentro de la “masa”, ya que las miradas de los demás pueden hacernos sentirnos mal con nosotros mismos.
            En este sentido, la autoestima será esencial para evitar los pensamientos catastrofistas al imaginarnos dentro de esa multitud.

Meditación: Cuanto mayor son las multitudes, más insignificante son las persona.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Pensar antes de hablar.

          Cuántas veces hablamos en exceso, cambiamos de temas, respondemos apresuradamente, comentamos los asuntos de otros, etc. Aparentemente, estas personas aparecen simpáticas y locuaces, pero quienes sufren de impulsividad verbal evidencian falta de control sobre sus repuestas, no racionalizan sus discursos y viven ante un componente de ansiedad  que afecta, en gran medida, a sus relaciones sociales.
            Las personas que interrumpen a otras antes de que terminen de hablar comprometen el aspecto de su vida personal y social. “Cortar” la palabra constantemente pone de manifiesto una carga de ansiedad, que indudablemente requieren un autocontrol.
            También podemos considerarlo como una falta de educación, siendo para los afectados, esta respuesta apresurada e inmediata, como una gratificación que les compensa frente a un desajuste emocional.
            Existen varias conductas que pueden presentarse asociada esa impulsividad de responder verbalmente: inmediatez, ausencia de reflexión, planificación del pensamiento, dificultad para guardar silencio, incapacidad para esperar las preguntas y carecer de la facilidad para ceder ante el impulso de  hablar.
            Una conducta así es problemática, creando en el individuo ciertas dificultades. Sobre todo en el ámbito de las relaciones personales. Ni que decir tiene, que a partir de ese momento la conducta personal no es positiva para su desarrollo, crea un trasfondo de falta de habilidades sociales y comunicativas.
            Trabajar la escucha es uno de los remedios. La escucha activa es fundamental para mejorar las relaciones personales, aunque es difícil de lograr en estos casos, porque es incompatible con su impulsividad verbal incontrolada, que actúa como una barrera.    Con estas personas la comunicación es difícil de establecer, porque están más pendiente de lo que tienen que decir, a lo que realmente están escuchando.  

Meditación: Siempre me he dedicado a pensar bien de todo el mundo; evita muchos problemas.

domingo, 23 de diciembre de 2012

El agradecimiento.

           La actitud de agradecer tiene que ver con acoger lo que viene de fuera, lo que me trae la vida y apreciarlo como algo positivo y bueno para mí. Percibir las cosas que hay buenas en mi vida o lo que ocurre de bueno en mí, hace que me sienta afortunado y contento con mi existencia.
            Debemos hacernos a la idea de que aquello con lo que contamos es algo que nos corresponde, que debemos tener, que es nuestro derecho. Y creemos también que cuando no es así, eso se nos debe. Nos pensamos a nosotros mismos como acreedores entes que como deudores. Olvidando que simplemente el agua que diariamente bebemos, no es lo mínimo que se nos debe, sino un don que recibimos.
            Sencillamente reposar cada noche en la misma cama de la cual nos hemos levantado por la mañana es un milagro. Podría no ocurrir; nadie nos garantiza que estaremos aquí al final del día. La existencia es frágil, y agradecer es una hermosa manera de recordarlo.
            Una persona agradecida eleva sus vibraciones, reconoce la luz en todo y en todos, valorando la sencillez y la belleza que le rodea como el más apreciado de los tesoros. Además el agradecimiento nos impulsa a la aceptación y, en ocasiones, a la humildad pues sólo el sensible y el humilde percibe la grandeza en lo pequeño y sabiendo dar las gracias, en determinados actos como algo perfecto.
            El agradecimiento nos hace sonreír y aceptar todas las bendiciones que nos suceden a diario y que otros pasan por alto. Esta es una de las razones por las que el “ahora” nos alinea con el “ahora”, sobre todo, porque nos permite reconocer la luz que se haya en todo y que, a veces no es visible a simple vista pero sí ante la mirada de un corazón agradecido.
            Quien nos mira, nos habla, nos escucha o tiene un pequeño gesto hacia nosotros ejecuta un acto de amor. De la misma manera, quien dice “gracias” expresa amor hacia un semejante. Agradecer nos hace salir de nosotros mismos, mirar más allá del propio ombligo.
            Al reforzar el egoísmo, el orgullo y el amor propio aíslan a las personas. Todo lo contrario ocurre con el agradecimiento, que nos conecta a unos con otros y refuerza la cadena cooperativa que mejora la vida de todos nosotros.
            Debemos dar las gracias incluso a las cosas inanimadas, pues en todo reside un alma invisible que capta todas las sensaciones recibidas y que nos retornará la misma moneda de cambio.
            El agradecimiento es una clara manifestación de un corazón activo, uno que late y en su movimiento va enseñándonos a valorar cada detalle, cada palabra, cada caricia, cada momento compartido, cada nuevo despertar. Un corazón que se detiene siempre a mirar a su alrededor y a concienciar lo bien que está en relación a otros tantos seres. Y que no se contenta sólo con ver esto, sino buscar su ayuda y fundamentalmente agradecer por el “simple” hecho de estar vivo y poder marcar una diferencia.

Meditación: El que da, no debe volver a acordarse; pero el que recibe nunca debe olvidar.

jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Por qué somos tan pasionales?

           ¿Cuántas veces hemos oídos al leer una novela, en el cine o en la propia vida? La palabra “Pasión” y, pregunto: ¿qué se te viene a la mente? ¿Consideras que es positiva o negativa? La mayoría de nosotros al oírla nos imaginamos escenas románticas de parejas enamoradas. Efectivamente, el amor es uno de los escenarios más importante de la pasión en nuestras vidas, pero no el único. Podemos sentir pasión por nuestro trabajo, por el arte, por un deporte, por un equipo o por una causa social.
            De ante manos sabemos que la pasión tiene dos caras, pues es una fuerza que tanto puede ser negativa como positiva. Incluso sabemos que podemos llevarnos a perder de vista todo lo demás y convertirse en una obsesión; pero al mismo tiempo, puede ser un motor de creatividad y dedicación, y quizás el motivo más importante para nuestra inspiración.
            Todo lo que realmente nos apasiona está en armonía con otras actividades y contextos, siempre lo puedes practicar y verás que tiene consecuencias emocionales positivas. Las pasiones obsesivas nos llevan a concentrarnos, a dar vueltas y vueltas a una idea, las cuales terminan afectándonos negativamente a nuestra capacidad para decidir.
            Cuando en la pareja uno siente una pasión armoniosa por el otro, ambos suelen sentirse satisfechos con la relación. Pero si la pasión es obsesiva, es probable que haya insatisfacciones. Por eso el tipo de pasión que alguien siente hacia una actitud también afecta a las relaciones. Por ejemplo, si alguien pasa la mayor parte del tiempo navegando por Internet, es probable que el contacto personal con los demás se empobrezca.
            Sencillamente uno de los aspectos más importante de la pasión es que puede ser el motor de un desempeño extraordinario en nuestra vida.
            Entonces podríamos decir, si tener pasiones trae tantas ventajas, vale la pena desarrollarlas. Estudiando el caso detenidamente podemos apreciar que ésta tiene tres factores involucrados, en su desarrollo.
            1º Escoger libremente, sin presiones, una actitud que nos guste. 2º La actividad debe ser algo a lo que le demos valor, o sea que consideremos que contribuya significativamente a nuestra vida, y 3º Sentirnos apoyados. Esto es especialmente necesario si se trata de relación de pareja. Una vez estudiados esto factores llegamos a la conclusión de que la pasión en nuestra vida vale la pena, puesto que es uno de los ingredientes para realizar una vida con plenitud.

Meditación: Amor y deseo son dos cosas diferentes; no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.

lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Sabemos pedir disculpas?

            Aunque todas las religiones tienen un ritual específico para la disculpa, la mayoría de las tradiciones espirituales dan un valor importante a la capacidad de disculparse, y las diferentes culturas reconocen la importancia que tienen para la convivencia humana y el bienestar personal.        
            Sentirse culpable puede ser algo muy triste si nos lleva a reflexionar y a buscar remedio. Sentirse habitualmente inocente de todo y repercutir la culpabilidad sobre los demás suele ser síntoma de la eficiente acción del orgullo, que suele ser corto de vista para los propios errores y agudísimo para los de los demás.
            Perdonar es diferente que disculparse o justificar una falta. Tampoco significa olvidar o negar lo sucedido. Es cierto que la disculpa puede llevar a la reconciliación o a la separación de la relación entre víctima y quien comete la ofensa, pero estas dos situaciones no van de la mano necesariamente; por ejemplo se puede disculpar a alguien y  desear seguir teniendo una relación de amistad con esa persona.
            Pero yo me pregunto: ¿por qué cuando se hace un acto de verdadera sinceridad y amistad, el cual repercute en un enorme beneficio para la otra persona? ¡Porqué no se reconoce!
            ¿Es tanto el orgullo y la sinrazón, que nos lleva a no querer reconocer, que se utilizó un acto de verdadera educación?
            Sabemos que es más fácil disculpar a quien ha actuado sin mala intención pero no al que nos ha lastimado deliberadamente.
            Reconozco que existen personas que les he muy difícil reconocer ciertas actitudes, debido a la utilización de su otro “yo”, el cual casi siempre está presente  durante su vida aunque, se trate de ocultar. Pero, “siempre es bueno perdonar”
            La vida es demasiado corta para tener atormentado el corazón  con un dolor que siempre te ofusque la memoria. Con el reconocimiento de ese acto, sentirás la tentación de revivir una y mil veces tu sinrazón, pero deberías superarlo y reconocerlo.
            Además mucho de las ofensas son imaginarias, y otras magnificadas. Sea lo que sea, y con quien sea, enfréntate a ello. Busca la ocasión de curar esa herida, que toda tu vida te atormentará, puesto que llegará el día que esa persona haya muerto y en ese caso habrás perdido la ocasión. ¿No has pensado, cómo se sentirá la otra persona?
            En vez de seguir centrándote en ese “sentimiento de ofensa” a quién crees que te lastimó, aprendes a buscar esa amistad que por culpa de ese motivo se perdió. Con la disculpa nos ayudará a recuperar la sensación de que tenemos poder sobre nuestra vida.
           

Meditación: Los mejores amigos son como las estrellas, aunque no siempre se ven, sabes que están ahí

jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Qué nos haría plenamente feliz?

         ¿Sabemos realmente en qué consiste la felicidad? Los psicólogos a veces nos preguntan “es usted bastante feliz, muy feliz, sumamente feliz, etc.”A esta pregunta solemos responder, “no me puedo quejar”. Primeramente deberíamos averiguar, qué es eso de la felicidad, a lo que todo el mundo aspira y que realmente pocos consiguen.
Sería mejor partir de la idea de felicidad, como una situación media, y no como un ideal
            Es necesariamente un balance con aspectos positivos y negativos, ratos buenos y malos, placer y dolor. Si no hubiera dolor, careceríamos del sentido del placer. Por lo mismo si no nos sintiéramos desgraciados a veces, sería imposible la impresión de la felicidad.
            Por esa razón, los que se sienten completamente felices por mucho tiempo y de forma estable, están más cerca de la simpleza de los débiles mentales.
            Lo que a uno le llena, a otro le aburre. Menos mal que es así el mundo. De otra forma, todos querrían lo mismo y a la misma persona.
Ahora ya podíamos decir mejor: ¿Cuál es mi balance de felicidad para el día de hoy?
            Ante ese balance se necesita saber si en cuestión, hemos hecho algo por la felicidad.  Eso es lo más difícil. Así que, con la mano en el corazón, podríamos preguntarnos; ¿He hecho algo por la felicidad de alguien más?
            Generalmente los jóvenes no llegan a ser felices, (quizás audaces); no les ha dado tiempo de rellenar la contabilidad de las “hojas de la vida”,  aunque también hay adultos que no han superado ese estado de balance medio.
            Siempre he dicho, para los que andamos cortos de felicidad, que desgraciadamente somos tantos; debemos tratar ese balance por periodos cortos de tiempo. Piense siempre, que al reducir el tiempo, aumentamos el valor de cada instante.
            También puede verse la felicidad, no como un estado de balance medio en nuestra vida, sino como un deseo para el prójimo, que podemos expresarlo como un reflejo de la buena educación. En definitiva, digamos que no cuesta nada desear felicidad, aunque tampoco valen mucho tales deseos. Pero por lo menos contribuyen a hacer algo más amena la vida.

Meditación: La felicidad consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Unas difícil Navidades.

             Pero… ¿Qué es para mí la Navidad?
            A estas fechas tan especiales, le podemos dar tantos significados como diversas formas de prepararnos para celebrarlas. Para uno tal vez la recuerdan cuando reciben sus aguinaldos, para otros quizás sean vacaciones; los peques la relacionan con que no van a la escuela y reciben sus regalos; en cambio  para muchos otros, es la excelente oportunidad para ver a los parientes que están lejos, olvidarse de las dietas y compartir con ellos una deliciosa cena. Mi propuesta sería mucho más activa con tan solo recordar un hecho del pasado, siento que sería excelente evocar aquel hecho y tomarlo como base para renacer hoy mismo, para que finalmente ese cambio trascendental del hombre llegue, no porque un Mesías llegue, o porque una institución me lo imponga, sino por el simple hecho de que cada persona así lo necesita y lo desea. Invitemos también al recuerdo de los familiares que ya no están, y aquellos amigos que te olvidaron para siempre o aquellos con los cuales compartíamos esas largas horas de conversación, terminando con un sincero “adiós, que seas feliz”   
            Busco en esta festividad el espacio para el reconocimiento de la nostalgia en los medios de comunicación, para que se refleje la realidad de muchas otras familias. No me refiero sólo a las familias que hayan tenido una pérdida reciente, sino también a los que actualmente estamos sufriendo una situación tremenda de dolor, debido a esa enfermedad que la vida nos presenta casi siempre por esta fecha. Por eso siento una especie de traición en estas fiestas navideñas, algo en lo que hemos creído, pero por circunstancia se destruyeron, y lo que parecía la encarnación del ideal, se tornó en el sufrimiento de la ausencia o la ruptura. Una vez más, diferenciamos lo que es el mundo de verdad y el de la mentira. El ego es quien domina el mundo de la verdadera realidad, creyendo que nuestra máscara controla las emociones, hasta que éstas deciden irrumpir en la vida. Lo mismo que ocurre con las leyes de la naturaleza, que en segundos es capaz de reconvertir todo lo construido artificialmente por el ser humano, en tristeza y depresión.
             Si leemos a Aristóteles, nos dice: “El concepto de la lógica son actos mentales que expresamos mediante el lenguaje” Por eso cuando comenzamos un determinado acto en la vida, que de por sí ya no “encaja” dentro de una lógica preconcebida, podemos vaticinar que su final termina siendo funesto. Si no, probad escribir una carta a esa persona que añoráis en estos días seguro que nos invade la tristeza. Puesto que al cabo de unos días una vez escrita y dirigida a ella, comprobaremos el desconsuelo y la desesperanza del silencio y el desprecio, puesto que algo no fue aprendido en la juventud. Pues bien, quizás debamos pensar que hemos escrito lo que hubiéramos querido decir y que ya no tiene credibilidad. Esto es lo que llamo transformación de la magia del ser humano, conducida a  la esperanza del “adiós”.
            En fin, todo esto es un pequeño desahogo, que van a ser unas Navidades tristes, y diferentes, y que no solo me acuerdo de mi enorme tragedia cuando escribo, ya que tengo siempre presente a todas aquellas personas que los estáis pasando mal.
            Un beso enorme, y gracias por leerme.

Meditación: La Navidad es el calor que vuelve el corazón de las personas, la generosidad de compartirla con otros y la esperanza de seguir adelante.

Adeste Fideles - Concierto de Navidad.-


Meditación: Que esta Navidad convierta…cada deseo en flor, cada dolor en estrella, cada lágrima en sonrisa y cada corazón en dulce morada.